He leído por ahí miles de personas felicitando a sus madres, diciendo que son las mejores y que tal y que se yo. Fino, me alegra por esa gente. Yo soy sincero, mi mamá quizás no es la mejor de todas la madres del mundo, es gordita, no cocina tan sabroso, es necia, chavista, registradora, preguntona, cuaima y demás... Pero, ¿Saben qué? Igual no me molesta que no sea la mejor del mundo, es más, no quiero que sea la mejor del mundo. Sencillamente eso me da igual porque al final todos somos humanos llenos de virtudes y defectos, y se que mi mamá no se escapa de ellos.

Bueno, si se habrán dado cuenta... les he dado a conocer implícitamente el hecho que hace ser a mi mamá una mujer única, especial, inigualable e irreemplazable en mi vida. ¿Saben que es? Si, eso es... Que es MI MAMÁ, que es la mujer que me tuvo 9 meses dentro de su barriga, que me parió, que me crió, que ha hecho las mil y un cosas para que hoy en día yo sea quién soy, la que ha dado su vida y sueños por mí, la que siempre está a mi lado en las buenas y en las malas, y la única persona en este mundo la cual me ha sabido apoyar en los peores momentos de lo que llevo de vida. En fin, quizás no sea la mejor pero es la mía y para mí eso es más que suficiente, a veces hasta siento que me queda grande y no me la merezco pero igual ella sigue ahí. Es mi madre, la que no cambiaría por nada en el mundo y por eso quiero desearle...